Mi pasión por la fotografía es evidente y una prueba de ello va aquí. Mi primer tatuaje fue a los 16 años, el típico tribal de la época y aunque no he sido nunca una fanática de los tatuajes siempre he tenido claro que me gustaría hacerme uno relacionado con la fotografía. He pensado en muchas cosas, un obturador, un f1, un carrete ... hasta que me puse y salió este. Era justo lo que quería y ahora sí puedo decir que la cámara la llevo siempre conmigo. Espero que os guste, ha dolido un poquito pero creo que ha merecido la pena, yo estoy encantada!!!
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