martes, 24 de febrero de 2015

Paraguas como difusor y reflector.

Son muy versátiles y manejables ya que pesan muy poquito y eso nos permite transportarlos con mayor facilidad. Eso sí, si decides usarlos en exteriores debes ponerles peso o tendrás que salir tras ellos más de una vez. En cuanto a precio suelen ser más económicos que los softbox pero menos dirigibles que estos.
Hay dos tipos de paraguas, los que difuminan y los que rebotan. Los flashes pueden rebotarse en la superficie del paraguas a mayor o menor distancia sobre generando así una mancha de luz muy amplia y suave o muy pequeña y dura. El tamaño de la mancha de luz condiciona la dureza de esta según alejemos o acerquemos el flash del paraguas. Cuanto más se aleje el paraguas del flash, mas zona del paraguas cubrira y por tanto mayor mancha de luz reflejará. Y como ya sabemos, a mayor tamaño, más suave será la luz. Cuanto menos se aleje el paraguas del flash, menos zona del paraguas cubrirá y por tanto menor mancha de luz reflejará. Y como ya sabemos, a menor tamaño, más dura será la luz. Para ello también deberemos ajustar el zoom del flash de la manera correcta para que cubra todo el paraguas y no sólo una zona (24mm). Esto que parece un trabalenguas es mucho más simple de lo que parece:

- Menor distancia entre paraguas/flash, menor mancha de luz=Luz dura
- Mayor distancia entre paraguas/flash, mayor mancha de luz=Luz suave

Pueden ser blancos, plata o dorados. Blanco da una luz mas suave, plata más dura y dorado más cálida.


Los paraguas ofrecen una luz más abierta, con un ángulo mayor de superficie. Aumenta la cantidad de luz disminuyendo el control sobre lo oscuro que quede el fondo.

El blanco puede usarse atravesando la luz o rebotándola. En caso de rebotarla, se recomienda ponerle una tela plata y negra para que concentre más aun la luz. Los plateados y dorados sólo se pueden usar de forma rebotada.



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